La provincia bocatoreña es una región conocida ante el mundo por sus casas de madera de estilo caribeño y sus atractivos turísticos, que la han convertido en un imán de turistas. Entre playas de arena blanca rodeadas de palmeras, vistosos arrecifes coralinos y un ambiente fiestero nocturno, es fácil que muchos decidan quedarse en Bocas por más tiempo del estipulado.
Bocas del Toro cuenta con una interesante historia que tiene sus orígenes durante el último viaje del navegante Cristóbal Colón al recién descubierto continente americano, específicamente el 6 de octubre de 1502, fecha en que el almirante arribó a la isla que actualmente lleva su apellido.
Al poco tiempo, el territorio pasó a formar parte de la gobernación de Veragua, división territorial que existió hasta 1537 y que luego pasó a llamarse Veragua Real (existió hasta 1541). Para ese momento, la región bocatoreña estaba dentro de la provincia de Nueva Cartago y Costa Rica, cuyos dominios se extendieron hasta el este de lo que hoy es Honduras.
Casi al instante se empezaron a erigir poblados como el de Badajoz (en las riberas del río Sixaola), la villa de Castillo de Austria (bahía de Almirante) y la Ciudad de Artieda del Nuevo Reino de Navarra (cerca del río Cricamola). Estas comunidades, construidas entre 1540 y 1577, duraron menos de 12 meses debido a la mala localización e insalubridad que reinaba.
A inicios del siglo XVII, exactamente en 1605, el conquistador español Diego de Sojo y Peñaranda fundó Santiago de Talamanca. A diferencia de las poblaciones antes mencionadas, esta contó con un poco más de auge gracias al trueque comercial que mantuvo con el puerto de Portobelo. No obstante, en 1610 la localidad es destruida y sus habitantes son masacrados luego de una sublevación de indios cabécar, todo esto como venganza por los abusos que sufrían los indios a manos de Diego de Sojo.
A principios del siglo XIX, los aristócratas ricos que buscaban establecerse en la provincia llegaron a Bocas con un gran número de esclavos negros de los Estados Unidos y las islas de San Andrés y Providencia de Colombia. Sin embargo, cuando se abolió la esclavitud en 1851, los negros se quedaron y comenzaron a ganarse la vida como pescadores y agricultores.
A través del siglo XIX, Bocas del Toro quedó envuelta en desacuerdos fronterizos entre Costa Rica y Panamá. Esta disputa se acrecentó con la independencia panameña de 1821, quien terminó siendo parte en las próximas décadas de la Gran Colombia, Nueva Granada y por último de Colombia.
En 1836, la República Federal de Centro América (federación de países a la cual pertenecía Costa Rica) vio el aumento de la influencia inglesa a lo largo del Caribe. Esto llevó a que reclamaran jurisdicción sobre Bocas del Toro, pero Nueva Granada mandó buques y tropas a fin de expeler a las fuerzas de la federación centroamericana, cosa que sucedió el 18 de diciembre. Ante el poder militar de Nueva Granada, Costa Rica sólo se limitó a protestar ante dicha acción y mantuvo aquello como una demanda fronteriza.
En 1837, el 26 de mayo, Bocas del Toro pasa a ser un cantón de la provincia de Veragua siendo elevado al estatus de “territorio nacional” en 1843, obteniendo atribuciones sociopolíticas importantes además de beneficios tributarios.
En 1850, el estatus de territorio nacional desapareció ya que Bocas pasó a formar parte de la provincia de Chiriquí (que a su vez pasó a ser un departamento entre 1855 y 1886). Cinco años después, el archipiélago bocatoreño y sus alrededores pasan a ser la comarca de Bocas del Toro.
A fines de la década de 1880, el cultivo de banano dio sus primeros pasos en la Bahía de Almirante, y en 1899 (para entonces Bocas era parte de la provincia de Colón) la United Fruit Company inició operaciones dejando ver el gran valor que tenía la creciente ciudad de Bocas del Toro.
A las pocas semanas de la emancipación panameña de Colombia, Bocas del Toro pasó a ser por ley una provincia el 16 de noviembre de 1903. El 21 de febrero de 1921, el tema fronterizo entre Panamá y Costa Rica llegó a su punto más álgido con la guerra de Coto. El ejército de la nación tica incursionó en Chiriquí y asimismo en Bocas del Toro, en donde ocuparon Almirante, Guabito y Changuinola el 4 de marzo. A pesar de ello, los Estados Unidos intervinieron en el conflicto ordenando a ambas naciones el fin de las hostilidades y la desmovilización de los soldados, por lo que los ticos terminaron abandonando suelo bocatoreño.
La disputa de fronteras entre ticos y panameños se resolvió de manera definitiva el 1 de mayo de 1941 con la firma del Tratado Echandi-Fernández.
El 22 de abril de 1991, un sismo de 7.6 grados de intensidad golpeó Bocas del Toro (también se sintió en la zona vecina costarricense) dejando un saldo de 23 fallecidos y más de 500 heridos. Destruyó más de mil hogares, dejando así una cifra de más de 5500 damnificados. Ha sido hasta la fecha el peor desastre natural sufrido en la provincia.
El 7 de marzo de 1997, se creó la comarca Ngäbe-Buglé por medio de la Ley 10, con lo que más del 60% del territorio bocatoreño pasó a formar parte de este territorio indígena.
Las fotos que verás abajo corresponden en gran parte a Isla Colón, que es el punto principal de la provincia al estar allí ubicada la capital.
Si te interesa conocer más sobre el Bocas del Toro de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, puedes adquirir el libro Memorias de Bocas Town, el cual te muestra una parte importante de la historia bocatoreña desde la perspectiva de José Antonio Price, primer médico afropanameño de la época republicana de Panamá.
excelente manera de conoce nuestra historia en el tiempo