El día 12 de diciembre de 1947 pasó a formar parte de la historia panameña, y es que ese día (y durante el resto de aquel diciembre) Panamá alzó su voz para decir “no más” a la política de ceder terreno en favor de los Estados Unidos. Para entender un poco la historia detrás del convenio Filós-Hines, hay que volver un par de años atrás.
Antecedentes
En 1936, el presidente panameño Harmodio Arias y su homólogo estadounidense Franklin Delano Roosevelt firmaron el tratado Arias-Roosevelt. En este convenio se encontraba la cláusula X, en donde Estados Unidos y Panamá tenían el deber de adoptar medidas (no sin antes llegar a un consenso entre ambos gobiernos) con el propósito de defender el canal en caso de una agresión.
El 7 de diciembre de 1941 ocurrió el ataque a Pearl Harbor, lo que llevó a Estados Unidos a entrar a la Segunda Guerra Mundial, y Panamá, como buen partidario de la política estadounidense que era en ese entonces, le declara la guerra a las Potencias del Eje.
A los pocos meses, el 18 de mayo de 1942, Panamá firma con Estados Unidos el convenio Fabregas-Wilson, el cual le otorga a este último distintos sitios (132 bases distribuidas en 15,000 hectáreas a lo largo de la geografía nacional) para la defensa del canal durante la guerra. El tratado de 1942 también estipulaba que las zonas de defensa serían devueltas a Panamá al año de finalizada la guerra (evento que ocurrió el 2 de septiembre de 1945 con la rendición de Japón), sin embargo, los estadounidenses no devolvieron las áreas bajo el pretexto de que existía otra amenaza de guerra internacional.
En marzo de 1947, Panamá desea abrir las negociaciones y nombró al ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Joaquín Alfaro, como su representante oficial.
El tratado Filós-Hines
El martes 9 de diciembre de 1947, el Dr. Ricardo J. Alfaro decide renunciar ya que su convicción patriótica lo llevó a dicha decisión, por lo que fue reemplazado por Francisco Filós el mismo día.
El miércoles 10 de diciembre, Francisco Filós y el entonces embajador de los Estados Unidos en Panamá, Frank T. Hines, firman el pacto que le debía de arrendar por 10 años a los norteamericanos las bases localizadas en Taboguilla, Jaqué, Río Hato, San Blas, Las Margaritas, Pocrí, Taboga, Isla del Rey, Isla Grande, Punta Mala, Las Margaritas, San José y Salud. El presidente panameño Enrique A. Jiménez convoca a sesión extraordinaria en la Asamblea Nacional para debatir el tratado.
Apenas se conocieron los detalles del convenio, el viernes 12 de diciembre varias entidades estudiantiles (universitarias y colegiales) y populares se unieron en una marcha por diferentes puntos de la Ciudad de Panamá, en clara oposición al tratado. La manifestación fue disuelta violentamente por la caballería de la Policía Nacional a la altura de la plaza de Santa Ana, haciendo uso de armas de fuego y bombas lacrimógenas.
Los manifestantes se replegaron hacia la Plaza de la Catedral, pero fueron igualmente reprimidos con disparos dejando paralítico al joven Sebastián Tapia.
A pesar de la represión a la que fueron sometidos, los estudiantes no desistieron y continuaron protestando en los días siguientes contra del convenio. De la nada, ya no eran sólo jóvenes capitalinos los que protestaban; también participaron los del resto del país. Incluso las mujeres (más de 10,000 se vistieron de negro y marcharon el 16 de diciembre) y personalidades políticas hicieron sentir su voz de rechazo.
El lunes 22 de diciembre, los 51 diputados de la Asamblea Nacional rechazaron el tratado, y esto fue en parte gracias a la presión ejercida por la población que estuvo firme en los predios de la Asamblea, en aquella época ubicada por Las Bóvedas.
Un día después, 23 de diciembre, dio inicio a la evacuación de las bases militares en suelo panameño, y para 1948 los Estados Unidos desmanteló cada una de las bases, salvo las situadas en la Zona del Canal.