Panamá ha pasado por muchas luchas en donde sale a relucir el famoso dicho “un pueblo unido jamás será vencido”, pero fue en octubre de 1979 cuando esta frase tomó fuerza con la gran marcha de los educadores, la cual ejerció bastante influencia para las futuras protestas de los años 80.
Todo comenzó en enero de 1978, cuando el Presidente de Panamá, Aristides Royo, y el Ministro de Educación, Gustavo García de Paredes, presentaron una propuesta que buscaba reformar el sistema de educación panameña. Dicha propuesta se le conoció como Reforma Educativa, y básicamente su objetivo oculto era formar estudiantes que pudieran ser manipulados por el gobierno militar, por lo que se decía que esta reforma tenía fuertes tendencias comunistas.
Para el mes de septiembre de 1978, los docentes de las escuelas públicas protestaron ante el gobierno exigiendo un aumento salarial y mejoras en el sistema educativo. Al mismo tiempo, se manifestaban en contra de algunas disposiciones de la Reforma Educativa, las cuales perjudicaban las condiciones de trabajos de los educadores. El gobierno accedió a elevar el salario mensual mínimo de los maestros a $245.
No obstante, en junio de 1979 las protestas se iniciaron dado que el gobierno incumplió con ciertas responsabilidades contraídas con los docentes en septiembre del año anterior. Distintas asociaciones de profesores y maestros son los primeros en protestar, y sus líderes son Marcos Alarcón, Gilberto Solís y Julio César Ortiz. La escuela República de Venezuela pasó a ser la sede del movimiento.
Los educadores, al ver como el gobierno continuaba ignorando sus demandas (siendo una de ellas el rechazo a la Reforma Educativa), se declararon en huelga el 4 de septiembre de 1979. Recibieron el apoyo de prácticamente todo tipo de organizaciones y asociaciones del país. Incluso hasta la Iglesia Católica panameña se unió a las voces de protestas de los maestros, quienes el 12 de septiembre participaron de una marcha de casi 100,000 personas a lo largo de las principales calles de la Ciudad de Panamá.
A finales de septiembre, mientras la huelga seguía su curso, el gremio de médicos se une a las protestas, aumentando más la presión sobre el gobierno. El 5 de octubre de 1979, el Frente Nacional de Oposición (gremio integrado por varios partidos políticos como el Panameñista, Liberal Nacional, Demócrata Cristiano, entre otros) decide apoyar a los docentes.
El gobierno hizo lo posible para desacreditar el movimiento de los educadores, pero esto no impidió que el 9 de octubre de 1979 se llevara a cabo la enorme marcha por la derogatoria de la Reforma Educativa, cuya asistencia se calculó en alrededor de 300,000 manifestantes, aunque algunos medios hablaban de una cifra mayor.
Cinco días después de la marcha, el 14 de octubre, la Cámara de Comercio de Chiriquí se va a huelga general, a lo que se le unen las respectivas cámaras de comercios de las provincias de Panamá y Veraguas.
El gobierno entendió que lo mejor era ceder a las demandas de los educadores, así que el 31 de octubre ambas partes llegaron a un acuerdo, poniéndole fin a casi dos meses de huelga y derogando de esta forma la Reforma Educativa.
La gran marcha del 9 de octubre de 1979
(Las fotos superiores son propiedad de Héctor Endara Hill)
La Asociación de Profesores: Siempre Activa y Combatiente al lado de su Pueblo!
Multitudinaria sí, pero “gran marcha” no la llamaría. A esa marcha, a ese movimiento y a esas personas que allí vemos, le debemos, en buena medida, el estado crítico en que se encuentra la educación actual en el istmo.
Decian que los estudiantes serian manipulables y resulta que los manipulados eran ellos mismos, titeres de las elites economicas y de los fulos.
Asi fue y lastimosamente hoy gracias a su antinacionalismo y entrega las generaciones de hoy sufren el atraso y la vergueza internacional en materia educativa.