El hoy olvidado Coloso de Cabo Verde, un apodo para denominar al Juan Demóstenes Arosemena, es un estadio que alguna vez fue considerado una de las obras arquitectónicas más opulentas del siglo XX en Panamá.
Sus inicios datan de 1936, cuando el gobierno panameño decide crear la Sección Olímpica, cuya responsabilidad principal era construir aquellas obras que serían usadas para los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe, cuya sede era Panamá. Los artífices de la obra fueron el arquitecto Georgino Gorrichátegui y el ingeniero Fernando Navarro.
El coliseo se edificó con una superficie de 3.75 hectáreas, lo suficientemente grande para albergar unas 25,000 personas, y su costo fue de $300,658. Cuando iniciaron los IV Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados del 5 al 24 de febrero de 1938, sus instalaciones se utilizaron para realizar las competencias de beisbol, campo y pista. Su nombre original era Estadio Olímpico Nacional.
Para 1939 se anuncia un decreto que reglamentaba el uso del estadio entre las distintas federaciones deportivas a lo largo del día. En 1956 se promulga la Ley 16, la cual cambia el nombre de Estadio Olímpico Nacional a Estadio Juan Demóstenes Arosemena. Para quienes desconocen sobre este personaje, Arosemena fue presidente panameño desde el 1 de octubre de 1936 hasta el 16 de diciembre de 1939, falleciendo en el cargo.
Hasta 1991, el estadio y sus terrenos eran administrados por el Estado, pero los mismos pasaron a ser manejados por el Instituto Nacional de Deportes (INDE). En 2003 se llevó a cabo una remodelación total de la estructura, aunque con la inauguración del Estadio Rod Carew en 1999, pasó a caer en desuso.
El 12 de marzo de 2004, se llegó a aprobar en la Asamblea Nacional en tercer debate el proyecto de ley que declaraba al Estadio Juan Demóstenes Arosemena monumento histórico nacional. No obstante, el mismo es derogado por la presidenta Mireya Moscoso el 26 de abril de 2004, aduciendo que el mismo contenía aspectos que lo hacían poco conveniente.
El 14 de diciembre de 2016, se dio la orden para su remodelación (a un costo de poco más de 13 millones de dólares) que debería estar lista en 2019.
A través de su historia se efectuaron en este estadio diferentes competencias de futbol nacional e internacional, así como los juegos de la Liga Profesional de Beisbol durante los primeros meses del año. Asimismo, se celebraban las coronaciones de la reina del carnaval capitalino, evento que era acompañado por bailes folclóricos, seguido por el desfile de la reina y corte alrededor de la pista oval de carreras.
Si mal no recuerdo, en el gobierno de Martín Torrijos remodelaron el estadio y quedó bien. Nuevamente se hecho a perder. Siento que esta vez si no lo remodelan para que se puedan jugar otras disciplinas, estará condenado nuevamente al fracaso. Ya se ve que solo de béisbol no puede sobrevivir este estadio. El estadio no puede sobrevivir a un deporte que solo se juega de verano.
Lo descuidaron si no les importa el deporte en este pais.
Recuerdo muy bien la vida de este estadio de los 70 a 80. Siempre habia una actividad en el. Lleno de gente. Era muy útil. Si el gobierno quisiera. Lo arreglaba y lo ofrecia para la práctica de muchos jóvenes deportistas. Pero lo que creo es que quieren el terreno para otra cosa.