¿Sabías que muchas décadas atrás a la Ciudad de Panamá se le conocía como “Panamá la verde”? Cabe resaltar que desde finales del siglo XIX los viajeros que arribaban a la ciudad quedaban asombrados con la cantidad de árboles y zonas verdes que existían. Para esa época también existía la playa por el área de Bella Vista, agregándole más belleza al paraje citadino.
No obstante, fue en 1923 cuando el escritor español Vicente Blasco Ibáñez visita Panamá, quien quedó más que encantado con el verdor que vislumbró en la entonces ciudad capital y sus alrededores. En su libro “La Vuelta al Mundo de un Novelista” (escrito entre 1924 y 1925), Ibáñez declaró:
Hay otros países donde parece que todo queda dicho con anotar que su color es verde. En Panamá, esta palabra resulta pobre, inexpresiva, débil. Hay que repetir sin cansarse: verde, verde, verde, verde… Nunca creí que un mismo color pudiera descomponerse en tantas gradaciones. Veo el verde amarillento y charolado de las hojas de los plátanos; el verde obscuro y metálico de otros árboles y arbustos. Hay verde óxido; verde luminoso de piedra preciosa, verde suave de mar adormecido, verde dorado como debió ser el de ondinas y sirenas… Oh, Panamá La Verde.
Si bien las siguientes fotos que les mostraremos están en blanco y negro (lo cual obviamente no dejan apreciar el verdor), las mismas dejan entrever la cantidad árboles que abundaban en la ciudad capital entre finales del siglo XIX y mediados de la década de 1920.
Tengo entendido que fue el escritor Vicente Blasco Ibañez que dio el nombre de “Panamá la Verde” a la ciudad cuando la visitó en 1923 y después lo publicó su libro “La vuelta al mundo de un novelista”, no había escuchado del término en el siglo XIX.
Lastima que ya no es así y ahora lo que uno ve es puro cemento, por todos lados.